En 1986, Steve Miner, director en el ’81 y ’82 de la secuela y la trilogía de la, casi colección, Viernes 13, y además añadió títulos de renombre en su biografía como Halloween H20, Eternamente joven o Mandíbulas, apartó una novedad en el cine de terror fantástico. Daba vida de una forma muy original y peculiar vida fantasma en una casa donde se cometieron asesinatos.
Su repercusión entre el público fue tal, que obtuvo premios que jamás, ninguna de las partes posteriores obtendría; 1. Premio de la crítica de Avoriaz. 2. Gran premio del internacional de cine fantástico de París. Ambos en el mismo año de su publicación.
La casa, además de contener un serial de diversos tipos de simpáticos seres y espectros, esconde una especie de laberinto y más allá en su interior, y esto servirá de meta para el protagonista para que pueda averiguar en que lugar de la casa está su hijo desaparecido.
Un film conocido por pocos, que pasó desapercibido para el gran público, pero que se hizo un pequeño hueco en las filmotecas de los coleccionistas y amantes del terror fantástico de los ’80, donde hace revivir los fantasmas del pasado.
VIDEO: Tráiler House
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La segunda parte se hizo un año más tarde de la mano de Ethan Wiley. Una casa aún más alucinante. Se dejaba de lado al misterio y terror de la primera parte para indagar en una aventura de dos jóvenes que se intrometen en el camino de la casa, y por lo tanto deberán sobrevivir a los misterios que les tiene preparada la casa. En Casa 2 encontramos zombies malvados, dinosaurios, animales inteligentes… Una mezcla de purés de figuras fantásticas dentro de una misma localización: la casa.
VIDEO: Tráiler House 2
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En 1989 se decidió hacer una tercera parte, que rompía todos los esquemas. Dejaba de lado la misión de la primera parte, en la que el escritor buscaba a su hijo, a la segunda parte: dos jóvenes que superaban las trampas de la casa, y nos situaba en una casa con fenómenos paranormales que mataban a cualquiera que entraba. Extraña el hecho que un asesino que va a ser ejecutado en la silla eléctrica sea el que tenga la relación con la extraña casa. Aquí nos damos cuenta de la explotación sufrida por House.
En ésta entrega se seguía la línea de la mayoría de películas de casa paranormales del momento, sin entrar en profundidad en los habitantes misteriosos que en ella habitaban. Se puede comparar con Terror en Amityville, o incluso con películas de bajo presupuesto y bajo espectador, como la película italiana Aquella casa al lado del cementerio, o Disturbios en el cementerio. Ésta película se quedaba en el intento, y demostraba que la frase de terceras partes nunca fueron buenas, ocurre de verdad, con excepciones como Pesadilla en Elm Street 3, casi tan buena como la primera.
En 1992 Sean S. Cunningham, productor de las partes anteriores seguía con ganas de producir otra parte más, en concreto, la cuarta. Aunque había ido viendo como cada parte repercutía menos entre el público, el equipo se siguió arriesgando hasta dar con una de las peores partes, y es que se habían ido cargando, parte a parte, la original, puesto que cada equipo de producción producía una idea completamente distinta, de la primera.
Aquí llega una familia que se llevan mal entre ellos, y deciden gastarse bromas pesadas, donde la casa también participa y asusta a los miembros. Así que a olvidarse de monstruos, de criaturas de la oscuridad, etc. Aburrimiento en estado puro.
De películas que ponían a casas encantadas como protagonistas, han surgido películas que muestran como los más ingenuos sufren de este tipo de miedo: a quedarse solos en una casa, a oír gritar a alguien en la oscuridad, o a los vecinos que ocultan algo…
VIDEO: Trailer Monster House.
